CELIA: Sentarnos y reírnos de doña Fortuna hasta echarla de su rueda, para que en adelante reparta sus dones con más equidad.ROSALINA: Ojalá pudiéramos, pues nunca acierta al asignarlos, y con quien más se equivoca esta ciega dadivosa es con las mujeres.CELIA: Cierto, pues cuando les da belleza apenas les da decencia, y a las que da decencia las hace muy poco atractivas.ROSALINA: Tú mezclas el cometido de la Fortuna con el de la Naturaleza: la Fortuna decide los dones mundanos, no los rasgos naturales.
ROSALINA: Vamos, cortejadme, cortejadme, que estoy de humor festivo y tal vez os dé el sí. ¿Qué diríais ahora si yo fuera la mismísima Rosalina?ORLANDO: Besaría antes de hablar.ROSALINA: No, mejor hablar antes y, cuando no os salgan las palabras, tendréis ocasión de besar. Los buenos oradores, cuando se cortan, escupen, y si los amantes no saben qué decirse (¡Dios nos libre!), lo más limpio es besarse.
ROSALINA: Vamos, cortejadme, cortejadme, que estoy de humor festivo y tal vez os dé el sí. ¿Qué diríais ahora si yo fuera la mismísima Rosalina?ORLANDO: Besaría antes de hablar.ROSALINA: No, mejor hablar antes y, cuando no os salgan las palabras, tendréis ocasión de besar. Los buenos oradores, cuando se cortan, escupen, y si los amantes no saben qué decirse (¡Dios nos libre!),lo más limpio es besarse.
ROSALINA: Vamos, cortejadme, cortejadme, que estoy de humor festivo y tal vez os dé el sí. ¿Qué diríais ahora si yo fuera la mismísima Rosalina?ORLANDO: Besaría antes de hablar.ROSALINA: No, mejor hablar antes y, cuando no os salgan las palabras, tendréis ocasión de besar. Los buenos oradores, cuando se cortan, escupen, y si los amantes no saben qué decirse (¡Dios nos libre!), lo más limpio es besarse.