torturaba haciéndose estas preguntas y, al mismo tiempo, experimentaba una especie de placer. No podían sorprenderle, porque no eran nuevas para él: eran viejas cuestiones familiares que ya le habían hecho sufrir cruelmente, tanto, que su corazón estaba hecho jirones. Hacía ya tiempo que había germinado en su alma esta angustia que le torturaba. Luego había ido creciendo, amasándose, desarrollándose, y últimamente parecía haberse abierto como una flor y adoptado la forma de una espantosa, fantástica y brutal interrogación que le atormentaba sin descanso y le exigía imperiosamente una respuesta.
Գիտե՞ք արդյոք, թե ովէ սատանան, գիտե՞ք արդյոք, թե ինչ է նրա անունը: Եվ նույնիսկ նրա անունը չիմանալով, Վոլտերի օրինակով դուք ծիծաղում եք նրա ձևի վրա, ձեր իսկ հնարած` նրա կճղակների, պոչի ու պոզերի վրա, որովհետև պիղծ ոգին մեծ և ահեղ ոգի է և ոչ թե արարած կճղակներով ու պոզերով, որ դուք եք վերագրել նրան: