En suivant ce troisième conseil du puissant Esprit, tu réalisais tout ce que les hommes cherchent sur la terre: un maître devant qui s’incliner, un gardien de leur conscience et le moyen de s’unir finalement dans la concorde en une commune fourmilière, car le besoin de l’union universelle est le troisième et dernier tourment de la race humaine.
Que tu actividad sea continua. Si por la noche, antes de dormirte, te acuerdas de que has dejado de cumplir algún deber, levántate en el acto y cúmplelo. Si los que te rodean se niegan a escucharte, por malicia o por indiferencia, arrodíllate y pídeles perdón, pues en realidad tuya es la culpa de que no quieran escucharte. Si se niegan a oírte los irascibles, sírvelos en silencio y humildemente, sin perder jamás la esperanza. Si todos se apartan de ti y algunos te rechazan con violencia, permanece solo, arrodíllate, besa la tierra, riégala con tus lágrimas, aunque nadie te vea ni te oiga. Estas lágrimas darán fruto.
Есть в народе горе молчаливое и многотерпеливое; оно уходит в себя и молчит. Но есть горе и надорванное: оно пробьется раз слезами и с той минуты уходит в причитывания. Это особенно у женщин. Но не легче оно молчаливого горя. Причитания утоляют тут лишь тем, что еще более растравляют и надрывают сердце. Такое горе и утешения не желает, чувством своей неутолимости питается. Причитания лишь потребность раздражать беспрерывно рану.
Not just one day, you will live many days, the doctor would answer, you will live months and years, too. But what are years, what are months! he would exclaim. Why count the days, when even one day is enough for a man to know all happiness. My dears, why do we quarrel, boast before each other, remember each other’s offenses? Let us go to the garden, let us walk and play and love and praise and kiss each other, and bless our life. He’s not long for this world, your son, the doctor said to mother as she saw him to the porch, from sickness he is falling into madness.
Marmeladof se detuvo. Intentó sonreír, pero su barbilla empezó a temblar. Sin embargo, logró contenerse. Aquella taberna, aquel rostro de hombre acabado, las cinco noches pasadas en las barcas de heno, aquella botella y, unido a esto, la ternura enfermiza de aquel hombre por su esposa y su familia, tenían perplejo a su interlocutor. Raskolnikof estaba pendiente de sus labios, pero experimentaba una sensación penosa y se arrepentía de haber entrado en aquel lugar.
¿Ves esas piedras en ese árido desierto? Conviértelas en panes y la humanidad seguirá tus pasos como un rebaño dócil y agradecido, pero, al mismo tiempo, temeroso de que retires la mano y se acaben los panes. No quisiste privar al hombre de liberta y rechazaste la proposición, considerando que era incompatible con la obediencia comprada con los panes.
En vista de que ni siquiera esto soy capaz de comprender, he decidido no intentar comprender a Dios. Confieso humildemente mi incapacidad para resolver estas cuestiones. En esencia, mi mentalidad es la de Euclides: una mentalidad terrestre. ¿Para qué intentar resolver cosas que no son de este mundo? Te aconsejo que no te tortures el cerebro tratando de resolver estas cuestiones, y menos aún el problema de la existencia de Dios. ¿Existe o no existe? Estos puntos están fuera del alcance de la inteligencia humana, que sólo tiene la noción de las tres dimensiones. Por eso yo admito sin razonar no sólo la existencia de Dios, sino también su sabiduría y su finalidad para nosotros incomprensible.
¿Sabes lo que me estaba diciendo hace un instante? Que si hubiera perdido la fe en la vida, si dudara de la mujer amada y del orden universal y estuviera convencido de que este mundo no es sino un caos infernal y maldito, si fuera golpeado por todos los horrores de la decepción humana, aun entonces no sentiría menos ganas de vivir. Después de haber gustado el elixir de la vida, no dejaría la copa hasta haberla apurado.