Si quieren saber la verdad, no me gustan mucho las obras de teatro. No están tan mal como las películas, pero tampoco son como para volverse loco. Para empezar, me revientan los actores. Nunca actúan como la gente. Aunque ellos creen que sí. Algunos buenos lo hacen, un poco, pero no de una manera que te divierta verlo. Y si un actor es realmente bueno, se le nota que sabe> que es bueno y eso lo estropea todo.